domingo, 14 de noviembre de 2010

UN CONFLICTO ENTRE DOS TÉRMINOS: ¿POSESIÓN O DEMONIZACIÓN?

                      SECCIÓN II

UN  CONFLICTO ENTRE DOS TÉRMINOS: ¿POSESIÓN DEMONIACA O DEMONIZACIÓN?

En primer lugar creo que es importante, aunque no lo más edificante, hablar acerca de esta diferenciación, pues básicamente todo el libro y el pensamiento de su autor es construido conforme a estos términos y basado conforme a estas premisas.
En esta sección vamos a ver lo que afirman:

*Ed.Murphy y otros de los partidarios de la demonización de creyentes. 
*La Real Academia de la Lengua española,  el diccionario Webster y el Compact Oxford English
  Dictionary.
*Diccionarios Bíblicos como Vine, Strong, Thayer  y otras prestigiosas obras de eruditos
  cristianos.
*La Palabra de Dios.

a)  Lo que Ed.Murphy dice:
          Definición de términos:

         Murphy define los siguientes términos como sigue:

 “Posesión indica propiedad y control absoluto. Los cristianos, incluso aquellos desobedientes pertenecen a Dios y no a Satanás. Por lo tanto, el diablo no puede controlarlos por completo.
La demonización, sin embargo, es algo distinto. Por demonización entiendo que Satanás, a través de sus demonios, ejerce un control parcial directo sobre una o más áreas de la vida de un cristiano o un no cristiano [1].

            Desechando el término “posesión demoniaca”

Para Murphy Posesión demoniaca es un término erróneo pues ¿Cómo se podría justificar la posesión demoniaca de los creyentes siendo que éstos obviamente pertenecen al Señor que los rescató? Está claro que uno no puede pertenecer a dos señores al mismo tiempo.

Así pues, dice Murphy[2] que expresiones o palabras como posesión demoniaca o poseído son demasiado fuertes o sensacionalistas para ser aplicados a los cristianos; es una “expresión errónea” que hay que descartar,  por lo cual prefiere usar  otros términos como  “endemoniado” o “tener un espíritu malo” o “estar bajo el poder de demonios”. Así pues considera que la mayoría de las traducciones bíblicas al respecto están equivocadas [3] y únicamente la RV.1960 ha escogido mejores términos, más neutrales. 

                           Un nuevo término: “demonización”


Saca a la palestra un nuevo término que, hasta hace bien poco, nunca se había oído, ni estaba registrado en diccionario alguno, fuese laico o secular: “demonización[4]. Esta palabra es un término de conveniencia dialéctica y semántica que usan para justificar una actividad demonológica interna (desde el interior del individuo) y parcial (no completa) sobre las personas, creyentes o no creyentes; en otras palabras: tanto los incrédulos como los cristianos pueden ser invadidos y controlados por demonios. Así pues,  “demonización” siempre sugiere y presenta a demonios habitando en seres humanos.

Así pues Murphy dice, como hemos visto anteriormente:

*Demonización (demonizado o endemoniado): “Satanás a través de sus demonios ejerce un control[5] parcial directo sobre una o más áreas de la vida de un cristiano o un no cristiano. Esto puede sucederles a los cristianos.

Para sustentar su creencia cita a algunas de sus fuentes diciendo:

“Como señala el Dr. Timothy Warner, la mejor palabra para referirse a todas las formas de invasión, vinculación o control parcial de una vida humana por los demonios es demonización y no posesión demoníaca: [6]:
“Obtuvimos nuestro término inglés demon (demonio) transliterando la palabra griega daímon. Deberíamos haber hecho lo mismo con el vocablo daimonízomai, una forma verbal de la misma raíz griega. El resultado en inglés sería demonize (endemoniar) y así podría hablarse del grado en que una persona puede estar endemoniada, en vez de vernos limitados a las opciones mutuamente excluyentes impuestas por la postura del «poseído»-«no poseído» […] Un cristiano puede ser atacado por demonios y verse afectado mental y a veces físicamente en niveles importantes […] pero posesión espiritual implica propiedad y parecería incluir el control del destino eterno de la persona. En cualquier caso, sería imposible ser propiedad de Satanás, estar bajo su control y a la vez tener una relación con Cristo como Salvador. De modo que la pregunta es: ¿Puede un cristiano estar poseído por demonios? La respuesta más clara es no” [7].

Siguiendo su argumentación Murphy dice un poco más abajo citando a Unger:

Unger define la demonización como «estar controlado por uno o más demonios». Por definición podemos decir que es «estar bajo el control parcial de uno o más demonios”[8].
Así pues vemos que en su cosmovisión y vocabulario, así como en el de Timothy Warner y otros partidarios de la demonización, no existe tal cosa como posesión demoniaca, ni en creyentes ni en incrédulos sino solo un control “parcial”[9] por parte de los demonios que puede variar desde leve a severo, al cual llaman “demonización”. Además equiparan el término “endemoniado” al nuevo término inventado “demonización”, pues quitar no uno, sino dos términos del diccionario ya sería nefasto.
Me pregunto si todos los adherentes a estos movimientos de liberación y aquellos que en la iglesia siguen estas nuevas doctrinas conocen y aplican esta diferenciación.
Pero ¿De dónde sacan este término los partidarios de la demonización de los cristianos? ¿Cuál es su origen?
                  Etimología del término demonización


Los términos que la Biblia usa en relación a los demonios son:  Los sustantivos griegos: “daimonion” o “daimon”(demonio);  el sustantivo “pneuma” (espíritu), que en estos casos en los que se habla de personas poseídas se utiliza junto con los adjetivos inmundo o malo o mudo… etc.;  tenemos también el adjetivo “daimonoides” (se refiere a algo “demoniaco”); los verbos “eco” (tener) junto con el sustantivo daimonion (“tener demonio”), y por fin,“daimonizomai” (poseído por el demonio o tener demonio) y su participio “daimonizomenos” (teniendo demonio).

El tema de la polémica sobre estos términos se centra pues sobre el verbo “daimonizomai” y su participio “daimonizomenos”.  

Dice Dickason, uno de los partidarios de esta enseñanza, dando una definición de “demonización” a partir del participio del verbo daimonizomai:

“El verbo daimonizomai significa “estar poseído por un demonio”. El participio de la misma raíz, daimonizomenos, se usa doce veces en el griego del Nuevo Testamento. Se utiliza sólo en presente, para indicar el estado continuo de una persona poseída por un demonio o demonizada. Este participio tiene componentes estructurales. Primero, la raíz, daimon, que indica la presencia de demonios. Segundo, la base causativa iz, que muestra que en este verbo hay una causa activa. Tercero, la terminación, órnenos. Esta comunica la pasividad de la persona descrita como demonizada. Uniendo todo, el participio en su raíz significa “el demonio causa pasividad”. Esto indica más bien un control que únicamente el estado demonizado de la persona; que es quien recibe la acción del demonio. En otras palabras, la demonización describe a un demonio controlando parcialmente al humano pasivo. Traducir este participio por “poseído por un demonio” produce confusión”[10].
Así pues tenemos una definición un poco más cercana: demonización es “pasividad causada por el demonio”; el demonio causa pasividad en la persona y la controla, pero en ninguna manera lo posee (como quien posee algo suyo).
                   La conclusión de Murphy

Así obtenemos la conclusión de Murphy:
“Los cristianos pueden estar endemoniados, pero no poseídos por demonios. Sin embargo, la cuestión se debe llevar aún más lejos: ¿Pueden los incrédulos estar realmente poseídos por demonios? ¿Existe la posibilidad de que se encuentren dirigidos por Satanás y sus espíritus malos de modo que no tengan ningún control sobre sí mismos ni responsabilidad alguna por sus acciones? No lo creo”[11].
1.-Los cristianos pueden estar endemoniados, pero no poseídos por demonios.
Y siguiendo su línea de pensamiento:
2.-Tampoco los incrédulos  pueden estar poseídos por demonios.
En otras palabras: Si los incrédulos estuvieran poseídos no tendrían ningún control sobre sí mismos y, por tanto,  no tendrían ninguna responsabilidad por sus acciones.  
Ahora bien, de la conclusión de Murphy se desprenden tres preguntas a tener en cuenta, una con respecto a los creyentes y otras dos respecto a los incrédulos. Veámoslas:
  1. ¿Puede haber creyentes verdaderos sobre los cuales Satanás tenga un control parcial interno? ¿Qué tengan demonios?
Este es el tema principal que nos ocupa y que vamos a desarrollar a lo largo de todo este estudio.
  1. ¿Puede haber incrédulos que se encuentren dirigidos por Satanás y sus espíritus malos de modo que no tengan ningún control de sí mismos?
Estar poseído no significa necesariamente—aunque hay casos evidentes en la Palabra de Dios—que un demonio tenga el “control absoluto”, o que el poseído no tenga absolutamente ningún momento de lucidez o pueda tomar alguna decisión por sí mismo. En las Escrituras se mencionan ambas posibilidades. Estar poseído significa básicamente tener demonio/s.

Nótese aquí que si se logra demostrar que si existiese un solo caso[12] en el que se observa un control total de una persona por parte de Satanás o los demonios, esto de por sí supondría un golpe mortal a estas enseñanzas.
De todas formas, sea cual sea el grado de control de una persona por un demonio (leve, grave o severo), tener el control implica: dominio, mando, preponderancia, superioridad, fuerza, dirección, gobierno, etc.… En otras palabras, que esa persona está incapacitada para tener un dominio y control normal de sí mismo.
  
  1. ¿Puede haber incrédulos que se encuentren dirigidos por Satanás y sus espíritus malos de modo que no tengan ninguna responsabilidad por sus acciones?   

“Tales personas no serían en absoluto responsables de ninguno de sus actos, ya que los demonios las poseerían y controlarían en todo momento” [13].

Murphy presupone que no puede haber personas incrédulas poseídas por Satanás completamente pues esto supondría que tales personas no serían en absoluto responsables de ninguna de sus acciones bajo la influencia de los demonios. Pero ¿es esto realmente así?  ¡Rotundamente no!
Las personas poseídas por demonios tienen responsabilidad delante de Dios
Veamos un ejemplo: La Palabra de Dios dice que Satán “entró” en Judas Iscariote (Lc.22:3; Jn.6:70; Jn.13:27). ¿Fue Judas Iscariote responsable de que Satán lo poseyese? ¿Tuvo alguna responsabilidad? ¡Claro que sí!, si no fuese así no sería condenado por las Escrituras. Judas fue responsable delante de Dios de haber actuado como un ladrón toda su vida; fue responsable de su codicia la cual le llevó a traicionar y a entregar al Hijo de Dios por unas monedas de plata y por supuesto fue responsable de la actitud impía e irreverente que le llevó a haber sido instrumento de Satanás para traicionar a Cristo. En otras palabras, fue responsable de que “Satanás pusiese en su corazón el entregar a Jesús” (Jn.13:2), y también de que “Satanás entrase en él”. Todo lo que hiciese después (fuese consciente o no de ello, estuviese más controlado o menos) es solo una consecuencia de su pecado, y por lo tanto implica responsabilidad.

Por lo tanto, todos los endemoniados tienen cierto grado de responsabilidad directa o indirecta, lo cual también Dios sabiamente demandará en su día. El hecho de ser poseído proviene principalmente de la desobediencia a los mandamientos de Dios, no a causas fortuitas. Aquellos que juegan con el ocultismo o practican magia o visitan a curanderos...; o que simplemente juegan una y otra vez con el pecado rebelándose voluntariamente contra Dios, tentándole y sin arrepentirse de ello, están exponiéndose gravísimamente a la actividad del diablo. Son altamente responsables por ello. El estar endemoniado es sólo la consecuencia de nuestros pecados, o del pecado universal, tal como puedan serlo las enfermedades, la violencia o la muerte.

Entonces, ¿En qué quedamos?

Por último, en unas palabras de Murphy encontramos una afirmación en la que, extrañamente, da a entender que sí puede haber personas realmente poseídas por demonios: habla de médiums espiritistas, o del anticristo y la bestia del Apocalipsis:
“Una última razón para desechar la expresión posesión demoníaca es que el estado de hallarse completa, continua y totalmente poseído o controlado por demonios sería muy, muy raro, si es que existe (24) [14].

(24) Nota al pié: “Las únicas personas que pueden estar realmente “poseídas por demonios” son aquellas que, como los médiums espiritistas, invitan real y conscientemente a los malos espíritus a tomar posesión de ellas. Esta posesión demoniaca no se parece a la demonización involuntaria registrada en las Escrituras. Tal vez el anticristo y la bestia del Apocalipsis (en caso que se trate de individuos) serán ejemplos de personas verdaderamente poseídas por Satanás u otros espíritus malos poderosos”.

Entonces ¿Podríamos decir que los médiums espiritistas o el anticristo o la bestia del Apocalipsis por el hecho de estar poseídos no tienen ningún control sobre sí mismos?, o ¿Podríamos afirmar que éstos mismos, por el hecho de estar poseídos no tienen responsabilidad ninguna sobre sus acciones?
Esta afirmación de por sí contradice su propio punto de vista y pone de manifiesto que la posesión demoniaca—y no un mero control parcial directo o “demonización”—es un hecho registrado en las Escrituras.
  
b)  Lo que la Real Academia de la Lengua española, el diccionario Webster y el Compact Oxford English Dictionary dicen acerca de estos términos:

Consideremos a continuación algunas definiciones interesantes de los términos bajo estudio según varios diccionarios reconocidos:

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (R.A.E.)

* Posesión Demoniaca” es: Apoderamiento del espíritu del hombre por otro espíritu que obra en él como agente interno y unido con él”.[15] El término “poseso” da a entender que algún espíritu se ha apoderado de esa persona.
Además, Una definición para posesionar es "una cosa poseída”. Así que la posesión demoníaca puede significar "posesión para controlar"[16].
* “Demonización” o estar demonizado no existen como tales, pero su alternativo: el adjetivo “endemoniado” (del participio de endemoniar) significa: estar “Poseído del demonio”, ¡más claro agua!
Cuando alguien dice: ¡estás endemoniado!, se refiere a que no estás en tus cabales, sino que hay alguien otro que te guía y te controla de manera que lo que haces no es normal sino fruto de un control sobrehumano.      

 Diccionario Merriam-Webster

*   Possession: 2.-“domination by something (as an evil spirit, a passion, or an idea)” [estar dominado por algo (como un espíritu malo, una pasión o una idea)].

Compact Oxford English Dicctionary:


*   Possession: • . 3 “the state of being possessed by a demon, emotion, etc” [estado de ser poseído por un demonio, emoción, etc].
*   Possessed:influenced or controlled by something as an evil spirit, a passion, or an idea”[Influenciado o controlado por algo (como un espíritu malo, una pasión o una idea).


c)   Lo que Diccionarios Bíblicos comoVine, Strong, Thayer  y otras prestigiosas obras de eruditos cristianos dicen:

Todos los léxicos y diccionarios que traducen del griego este verbo “daimonizomai” lo traducen como (poseído por un demonio o bajo el poder de un demonio) o  en su participio “daimonizomenos” (teniendo demonio). Vamos a ver algunos de ellos:
                                                             
Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento  W.E. Vine [17]
Significa estar poseído por un demonio, actuar bajo el control de un demonio. Los que se hallaban así afligidos expresaban la mente y conciencia del demonio o de los demonios que moraban en ellos (p.ej., Lc. 8.28). Este verbo se halla en Mateo y Marcos (Mt 4.24; 8.16, 28, 33; 9.32; 12.22; 15.22; Mc 1.32; 5.15,16, 18; también en Lc. 8.36 y Jn.10.21).  
Ésta postura prefiere el uso histórico del verbo, porque el conflicto entre las dos posturas no es en cuanto al propietario sino dónde se encuentra un demonio en relación con el creyente, ya que únicamente si el demonio reside adentro podría controlarlo o posesionarlo.

Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español Francisco Lacueva
Lo traduce por Endemoniado (s)


Strong`s Hebrew and Greek dicctionaries N.T. (Diccionario Strong en español)
 δαιμονίζομαι daimonízomai; voz med. de G1142; ser ejercido (hollado o frecuentado) por un demonio: tener un (acosado, asediado con, estar poseído de [endemoniado]) demonio (s)


Definiciones griegas de Thayer
1.      Estar bajo el poder de un demonio.

Westcott y Hort Interlineal Griego-Español
 1.-Poseído por el demonio.


d)  Lo que la Palabra de Dios dice:

Llegamos ahora a la parte verdaderamente interesante. Lo que la misma Palabra de Dios dice.
Algo que tenemos que tener en cuenta es que lo esencial en todo este asunto no es una cuestión terminológica,  etimológica, o semántica, es decir, si  el verbo daimonizomaí significa “Poseído por el demonio”, “endemoniado” o “demonizado”  . Lo que importa es la respuesta a esta pregunta:


¿Puede un verdadero cristiano tener demonios o no?

Consideremos entonces algunos puntos básicos antes de entrar en estos textos:

I.- ¿A quiénes se refiere la Escritura cuando usa este verbo? Se refiere únicamente a aquellas personas que tienen demonios.
Lo cierto es que este verbo daimonizomai, es el principal verbo utilizado en las Escrituras para referirse a aquellas personas que tienen demonios; aquellos en los cuales reside el diablo o los demonios; también tenemos  el verbo “eco” que junto al sustantivo “daimonion” (tener demonio) —como veremos—se utiliza igualmente para referirse a estas personas en las que moran uno o más demonios. Aparte de estos, no hay ningún otro lugar en la Biblia donde se usen otros términos que se refieran a personas que tenían problemas con demonios dentro de ellos.

 II.-  ¿Aparece en las Escrituras en las que se habla de poseídos o endemoniados alguna diferenciación en estos verbos cuando se trata de un control leve, o severo o absoluto por parte de los demonios?
Cuando en las Escrituras se utilizan estos verbos,  lo hacen sin hacer ninguna distinción ente aquellos casos en los que esta posesión o apoderamiento de una persona por demonios pudiese parecer un control leve, como en el caso de un hombre que tenía un espíritu que le causaba mudez (Mt.9:32), o el caso de la muchacha que poseía un espíritu de adivinación (Hch.16:16);  o un control grave, como el caso de aquella muchacha que estaba gravemente atormentada por un demonio (Mt.15:22); o un control absoluto, como podría ser la situación del endemoniado gadareno de ( Lc.8:27-39). Solo se utilizan estas dos formas verbales indistintamente para cada uno de los casos. El hecho es que todos ellos tenían demonio, y esto ya de por sí es una situación gravísima,  pues supone que estas personas están atadas y controladas por demonios que operan en su vida.

III.- ¿Hay en las Escrituras que se refieren a estas personas con demonios algún caso en el que se refiera a un verdadero creyente?
¡Definitivamente no!, como estudiaremos más adelante.



 TEXTOS BÍBLICOS  
                           Verbo:   daimozomai  
La insistencia de hacer una diferenciación de estos términos no quita el hecho de lo que la palabra realmente significa: tener demonios. El hecho es que cada vez que se da este verbo en el texto del Nuevo Testamento, indica o en el mismo contexto o en pasajes paralelos, que un demonio posee a una persona y reside en ella. Por ejemplo: Veamos el relato de la mujer cananita que tenía una hija poseída por un demonio (Mt.15:22,28) y contrastémosla con la definición que da de la niña “poseída por un demonio” o “endemoniada” en el pasaje paralelo de (Marcos 7:25, 26,29). Allí da una perfecta definición de lo que “daimonizomai” (poseída) significa, que tenía un demonio morando en ella, el cual salió fuera de ella.
Tomemos ahora en mano las Escrituras y escojamos primeramente como base los textos en los que aparece este verbo daimonízomai por orden:
1.- Verbo:   daimozomai (δαιμονίζομαι) “poseído por demonio” o su participio daimonizomenos (δαιμονίζομevous) “siendo poseído por demonio” o “endemoniado”

1.- (Mt.4:24) Ministerio en Galilea
 Si nos centramos en el contexto más cercano,  Jesús acababa de principiar su ministerio en Galilea tras el encarcelamiento de Juan el Bautista y empezó a recorrer todo el territorio predicando el evangelio del reino, sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Este es el verdadero objetivo de Cristo, la salvación de las personas, no la mera expulsión de demonios ya que esto, por sí solo, no tendría más efecto para la eternidad que aquel que supone la sanidad de una enfermedad. Jesús viene a sanar, liberar y salvar a los oprimidos del diablo:

“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor”(Lc.4:18-19).
               
   Además, cuando Jesús libera a los endemoniados, éstos eran personas a las cuales se les estaba
   anunciando el Evangelio del reino y no creyentes verdaderos. Como bien dice Leahy:
“Un vistazo más cercano sobre la expulsión de demonios durante el ministerio de nuestro Señor y aquel de sus apóstoles muestra que tales liberaciones siempre ocurrieron dentro de un contexto evangelístico. Nunca fueron divorciadas de la predicación del evangelio” [18]

Como su fama crecía le trajeron todos aquellos que tenían diferentes dolencias, afligidos por diversas enfermedades y tormentos; y ahora menciona a aquellos que estaban poseídos por demonios daimonízomenos, [lit. siendo poseídos por demonios[19]] o endemoniados, los lunáticos (posiblemente epilépticos) y paralíticos; la Palabra añade: “y los sanó”.
¡Qué glorioso libertador tenemos en Jesús! Su venida y su ministerio abren las puertas al establecimiento del Reino de Dios entre los hombres, la transición de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida. Jesús, el Hijo de Dios viene a destruir las obras del príncipe de las tinieblas y a establecer un reino inconmovible que no tendrá fin.
En este pasaje no apreciamos ninguna diferenciación entre aquellos que estaban más endemoniados o menos endemoniados, es decir, la Escritura no dice: [afligidos por diversas enfermedades y tormentos, endemoniados, demonizados, lunáticos y paralíticos”]. No vemos ninguna otra palabra que pudiera referirse a personas que estuvieran en mayor o menor medida o “grados” bajo un control parcial directo de Satanás o de sus demonios; simplemente menciona el verbo daimonízomai (endemoniados o poseídos por el demonio).


 No todas las enfermedades mentales están causadas por demonios

Algo interesante a observar en nuestro texto es que, sí hace, una diferenciación entre aquellos que eran “endemoniados” y aquellos que eran lunáticos [seleniázomai] “azotado por la luna (selene)”—epiléptico o lunático (alguien que padece locura no continua, sino por intervalos). Por lo que podemos deducir que no todas las enfermedades mentales o demencias están causadas por demonios.


Los demonios pueden infligir enfermedades diversas en las personas

No obstante, en un pasaje del mismo evangelio (Mt.17:14-21) parece asociar esta enfermedad (epilepsia) a la actividad de un demonio. Cuando Jesús reprendió al demonio y salió del muchacho, éste quedó sano. Parece ser que los demonios pueden ser causantes de diversos géneros de enfermedad en aquellos que son poseídos por ellos cf. (Mt.12:22; Lc.11:14; Mt.9:32). Satanás—previo permiso divino: Job.2:6-7—envió una enfermedad a Job.  

2.- (Mt.8:16, 28, 33) diversas sanidades
* vs. 16   Poco después del sermón del monte, Jesús realizó muchos milagros entre ellos la sanidad de la suegra del apóstol Pedro. Nos dice la Escritura que al caer la noche de aquel mismo día “le trajeron a él muchos endemoniados: daimonízomenos (δαιμονιζομενους). Ver también (Mr.1:32). Éstos quedaron libres por medio de su Palabra. ¡El poder de Jesús y Su Palabra son la única fuente de esperanza que estas personas tienen de ser liberadas y sanadas! Sólo aquellos que están en Cristo y poseen su poder pueden, por medio de su Palabra, la oración y el ayuno, ser instrumentos de Dios para ayudar de una forma integral a estas personas tan necesitadas. cf. Hch.19:13-17; Mt.10:1; Mr.3:15.

Tampoco aquí se hace diferenciación alguna en cuanto al grado de posesión (leve o severa) que pudiesen tener estas personas. Solo nos dice que eran endemoniados o poseídos (como lo dicen la mayoría de las traducciones).


La realidad de la posesión demoniaca

Ahora bien debemos considerar bien estas pequeñas palabras que nos dice el evangelista: “echó fuera” [ekballo] “echar fuera o enviar fuera” o “expulsar”. Aquí nos da a entender que Jesús ha tenido que sacar algo que estaba dentro y enviarlo o echarlo fuera; expulsarlo. Esta misma palabra que, como dice Vine, se utiliza para “sacar cosas buenas o malas del corazón (Mt.12:35)”, es muy ilustrativa y aparece muchas veces en el N.T., en especial en lo que tiene que ver con la expulsión de demonios. Jesús saca fuera alguien que está dentro, que habita dentro: un demonio/s. La posesión, el apoderamiento de una persona por un espíritu o varios de ellos es un hecho irrefutable; sin embargo no hay ni un solo caso en Las Escrituras que se use en relación a un verdadero creyente.

* vs.28 y 33  Aquí encontramos una historia acontecida en la tierra de Gadara en la que Jesús tiene un encuentro con dos endemoniados,  daimonízomai, la cual estudiaremos a continuación en los pasajes paralelos:

3.- El endemoniado gadareno (Lc.8:27-39) (Mr.5:15-18)

En la historia en Lucas observamos todas estas formas juntas: (1) n. daimonion (demonio/s) vs. 27, 30, 33, 35, 38. (2) n. daímon (demonio) vs.29. (3) v.eco- n. daimónion (tenía demonio/s) vs.27. (4)  adj. akádsartos – n. pneúma (espíritu inmundo) vs.29. Y (5) v. daimonízomai (endemoniado o poseído por el demonio), vs.36. ¡Un ilustrativo uso de los términos! Todos estos términos designan a una misma persona: una persona poseída por demonio/s. Como ya dije, e insisto en ello, no hay en todo el Nuevo Testamento ningún otro término griego que se refiera a una persona endemoniada o bajo el poder de los demonios. Todos estos términos se hallan juntos en este mismo texto: ¡increíble pero cierto! Sólo existe un término en Santiago 3:15 que se refiere a “algo”, no a “alguien” como demoniaco: la sabiduría “demoniaca” daimoniódes.


¡Totalmente controlado por el poder de los demonios!

Tal como empezamos a leer nos damos cuenta de que el estilo de vida de este hombre no era normal. Vivía ya mucho tiempo entre los sepulcros, día y noche, y no en una casa (como alguien normal); habitaba en lugares tenebrosos e inmundos; tenía una fuerza descomunal, sobrehumana de tal forma que desmenuzaba grillos y cadenas y nadie lo podía dominar; se hería él mismo con piedras y andaba gritando; al parecer andaba desnudo. Es claro que alguien se había apoderado de él y gozaba del control de su vida, tanto así que “era impelido por el demonio a los desiertos” (Lc.8:29); se nos dice también que “muchos demonios habían entrado en él” (vs.30), los cuales también “salieron de él”. Se ve que habían tomado posesión de todo su ser (no solo de su cuerpo pero también de su alma—persona).

Leemos también algo muy importante y significativo acerca de esto,  lo cual es relatado de igual manera en ambos evangelios: cuando Jesús lo libera lo deja sentado, vestido y en su juicio cabal. Esto nos da a entender claramente que este hombre no estaba en sí, no era él; no estaba en su juicio cabal, sino enajenado, completamente fuera de sí; completamente dirigido por Satanás, a merced de los crueles demonios y totalmente prisionero y controlado por ellos. Estos habían suplantado su persona y su personalidad, de tal forma que no era él mismo en su estado normal.

Myer Pearlman dice:
La persona que está bajo la influencia del demonio no es dueña de sí misma; el mal espíritu habla por su boca, o lo deja mudo a voluntad, lo lleva a donde quiere y por lo general lo emplea como instrumento suyo, impartiéndole a veces para ello poder sobrenatural.”[20]
Y más adelante cita las experiencias del doctor Nevius, misionero y médico presbiteriano en China durante casi 40 años y realizador de un concienzudo estudio sobre posesión demoniaca que escribe:

“La característica más destacada de esos casos es que el sujeto evidencia otra personalidad, y la personalidad normal por el momento queda parcial o totalmente dormida, o latente. La nueva personalidad presenta rasgos de carácter completamente distintos de los que realmente pertenecen al sujeto en estado normal, y este cambio de carácter es, con raras excepciones, en la dirección de la perversidad moral e impureza…[21]

Podríamos preguntarnos entonces ¿tenía este hombre algún control sobre sí mismo? ¿Podríamos aún atrevernos a clasificar su grado de posesión? ¿Sería esto relevante? No cabe duda que eran los demonios y no él que controlaban su vida y le atormentaban, impulsándole a hacer cosas terribles contra sí mismo y contra otras personas. Era una mera marioneta en manos de estas huestes de maldad. Y ¿qué es esto sino una completa, continua y total posesión demoniaca?[22] Este hombre era un hombre que necesitaba salvación y para esto había venido el Cristo: para salvar. El Señor hizo “misericordia” y grandes cosas con aquél [lit. habiendo sido endemoniado vs.36], ¡Bendito sea su Nombre!
Esto entra totalmente en desacuerdo con la segunda conclusión[23] de Murphy que leíamos anteriormente en la pág. 11.  

4.- (Mt.9:32) Un mudo endemoniado habla
De nuevo en Galilea y poco después de haber comido en casa de Mateo, el autor de este evangelio, le trajeron a Jesús a un hombre afligido por un demonio que le producía mudez. Era un mudo endemoniado [daimonízomenos], al cual Jesús liberó. Enseguida el mudo habló y la gente se maravillaba. Este hombre estaba atado y controlado, prisionero de este demonio hasta que Jesús lo expulsó de su vida.

5.- (Mt.12:22) Un endemoniado ciego y mudo
Un incidente muy parecido al anterior. Los reproches de los líderes religiosos van en aumento al ver delante de sus propios ojos el poder del Señor Jesús contra las huestes espirituales de maldad. Un endemoniado [daimonízomai] ciego y mudo es traído a Jesús. Este estaba tan atado y controlado por los demonios que no podía ver ni hablar. Jesús lo libera de una forma tan extraordinaria que recupera sus facultades por completo. Jesús había, por el Espíritu de Dios, atado al “hombre fuerte” (Satanás) y había saqueado sus bienes (los demonios). Ello le había sido ocasión para destruir todo falso argumento por medio de una lógica aplastante: “una casa dividida contra sí misma no puede permanecer”.


6.- (Mt.15:22) Jesús expulsa el demonio de una muchacha gravemente atormentada
Estando Jesús en la región Fenicia, predicó en Tiro y en Sidón, y allí una mujer cananea le rogó que tuviera misericordia de su hija que estaba gravemente atormentada por un demonio [daimonízomai]. Aquí tenemos una posible alternativa en cuanto a la traducción del verbo daimonízomai. Mientras que en otros casos significa “poseído por un demonio”, aquí podría ser traducida por “atormentada por un demonio” (véase también Mr.5:15 en R.V.1909, 60, 95; Sagradas Escrituras SSE;  y versión católica Scío. de San Miguel 1790).
Sin embargo esto nos aporta un dato importante. Aquellos que son poseídos por demonios o endemoniados, son atormentados por éstos. Es una característica propia de estas personas. Son personas que están sufriendo, gravemente afligidas y atormentadas. No tienen control de sí mismas y no pueden hacer nada para evitarlo. Aquellos que están a su alrededor o conviven con ellos también sufren junto con ellos la crueldad de estos demonios, como la madre de esta muchacha.

          2.- Verbo:   eco (ἔχω) daimonion (δαιμόνιον) “tener” (demonio)

Este es el segundo verbo que en las Escrituras se utiliza para hablar de alguien que está poseído por demonios.

TENER DEMONIO  verbo+sustantivo  (eco daimonion)= ESTAR POSEÍDO O HABÍTADO POR DEMONIO

7.- (Jn.10:20-21) Acusan a Jesús de estar endemoniado, “tener demonio”
“Muchos de ellos decían: Demonio tiene (daimonion eco), y está fuera de sí; ¿por qué le oís? Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado (daimonizomeno) lit. [éstas palabras no son de siendo poseído por demonio]. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?”

Aquí vemos claramente que “tener demonio” [eco daimonion] es lo mismo que “endemoniado o poseído por el demonio” [damimonízomai] o su participio [daimonizomenos].

Comparar (Jn.10:20) (7:20) (8:48) (8:52) TENER DEMONIO “¿Qué significa?... no que esté meramente influenciado o controlado parcialmente por un demonio,  sino que hay alguien que lo posee, que habita dentro de él, que forma parte de él. Cuando hablaban de que Jesús “tenía demonio” ¿a qué se referían? ¿Se referían únicamente a que Jesús estaba “influenciado” por un demonio que le hacía actuar así?  ¡Claro que no!, evidentemente se referían a que estaba poseído y gobernado bajo el poder de un ser demoniaco que le hacía hablar y actuar así. Ver también (Hch.8:7; 16:16)
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Notemos que en ninguno de todos estos casos en los cuales se utiliza el verbo daimonizomai o eco daimonion hace referencia a algún creyente, ni algún fiel seguidor de Jesucristo. Observemos también que  cuando se utiliza la expresión “echo daimonion” con respecto a Jesús—pues le acusaban de ser un demonio y de tener demonio—Jesús demuestra esta imposibilidad.

 ¿ALGÚN OTRO TÉRMINO?
Si tratamos de buscar algún otro término que designe a una persona que está bajo la influencia  o el “control parcial directo” de un demonio, no encontraremos ninguno, pues tal posibilidad no existe ni está registrada en las Escrituras. Aparte de esto lo único de lo que se habla es sobre la influencia externa que Satanás o sus demonios ejercen sobre la mente del creyente “dardos de fuego del maligno”, pero en ningún caso implican un control interno, ni parcial ni total.

 “TENER O NO TENER.  ESTAR O NO ESTAR”
Así pues vemos, que muy al contrario de lo que dice Murphy, en realidad el hecho de estar endemoniado o poseído por demonios es un todo o nada: es estar o no estar, tener o no tener; o están dentro o no lo están.


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[1] Ed. Murphy, “The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Introducción “La realidad de la demonización: relación Escritura Experiencia”. (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[2] Ed. Murphy,The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Cap.8 “Cómo invertir una práctica desafortunada” (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[3] Estas traducciones del griego—afirma—son mucho más exactas. Al mismo tiempo se cuestiona la labor de los traductores, la cual entendemos, ha sido también guiada por Dios de manera que lo que hoy tenemos ante nosotros es la fiel y genuina Palabra de Dios que guía al hombre en la verdad. Además debemos entender que los traductores no estaban interpretando, ¡estaban traduciendo!  Esa es su labor; son un mero instrumento usado por Dios para poner en otros idiomas su Palabra;  por lo tanto el hecho de tener más o menos experiencia práctica en cuanto la posesión demoniaca no es necesaria—al contrario, a veces puede ser un estorbo—ni debió influir en su labor. Así pues, <<Satanás—dice Murphy—debe estar contento con las expresiones “poseído por el diablo”, “poseído por demonios” y “posesión demoniaca>>.  Si esto fuese así, supongo que también debería sentirse orgulloso por  lo que eso supone: haber conseguido que hoy no entendamos la Palabra de Dios.
[4] Murphy, en el empleo de los términos endemoniado y tener demonio: “De modo que los términos que propongo benefician a nuestro ministerio en el evangelio de varias formas: se ajustan más a las palabras bíblicas y no introducen ideas ajenas a la Escritura; preservan la dignidad de los que sufren la demonización; ayudan a reconocer y comprometerse en un frente más amplio de la guerra espiritual, al superar la dicotomía del todo o nada que transmite la etiqueta de posesión demoníaca”
[5] Pero podemos preguntarnos: ¿Qué implica tener el control? control=dominio=poder que alguien tiene de disponer de lo suyo; y esto ¿no es lo mismo que estar al mando o gobernar? Ciertamente sí, pero esto es lo que Murphy y sus seguidores no quieren dar a entender pues se presupone propiedad y control absoluto de aquél que está bajo el poder de un demonio o de Satanás.
[6] Ed. Murphy, “The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Cap. 8 “Cómo invertir una práctica desafortunada”. (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[7] Timothy M.Warner, “Spiritual Warfare” Crossway Wheathon, Ill., 1991, pp.79, 80
[8] Ed. Murphy, The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Cap. 8 “Cómo invertir una práctica desafortunada” (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[9] Así pues, Murphy le añade, un nuevo adjetivo a la definición de Unger, la cual éste no usa: “parcial”. Usa este término porque, como T.Warner, quiere dar a entender que hay diferentes grados” (leves o severos) de posesión demoniaca.
[10] C.Fred Dickason “Demon Possession and the Christian”, p.37. Chicago Moody Press, 1987.          
[11] Ed. Murphy, The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Cap. 8 “Cómo invertir una práctica desafortunada”, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[12] Podemos observar p.ej. el caso del endemoniado gadareno (Lc.8:27-39) (Mr.5:15-18), o aquél de el muchacho que tenía un espíritu mudo que muchas le echaba en el fuego y en el agua para matarlo (Mr.9:17-29), o el de personas que obviamente son dirigidas por Satanás y están a su servicio, p.ej. el mismo anticristo “el hombre de pecado, el hijo de perdición ”, un “inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,…” (2ª Tes.2:3-10), o la Bestia del Apocalipsis (Apoc.13:1-5). Con todos estos ejemplos y muchos más, nos damos cuenta de cuán controlados y dominados y dirigidos pueden estar aquellos bajo la posesión demoniaca. Era una continua manifestación de poder y gobierno satánico sobre aquellas personas. Nada podían hacer por sí mismos, y nada podían hacer sin su poder. Más adelante los estudiaremos.
[13]  Ed. Murphy, The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Cap. 8 “Cómo invertir una práctica desafortunada”, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[14] Ed. Murphy,The handbook of Spiritual Warfare” (Manual de Guerra Espiritual), Cap. 8 “Un vistazo a los términos bíblicos”, (Nashville, TN: Editorial Caribe Inc.) 2000, © 1994.
[15] Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.
[16] Voz Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española (Segunda edición), 1342.

[17] Hasta ahora la mayoría de los términos explicados por Vine son compartidos y usados por Murphy; para él, el problema aparece aquí, en cuanto al verbo al cual claramente se refiere Vine por “estar poseído por un demonio”.

[18] Frederic  S. Leahy, “Satan cast out: a study in Biblical Demonology”, p.105, Banner of truth, 1975  
[19] Westcott y Hort Interlineal Griego-Español  segunda edición.
[20] Myer Pearlman “Teología Bíblica y Sistemática” p.66. Editorial Vida, Deerfield (Florida) 1992
[21] Ibíd. P.67 cita de su libro: “Posesión demoníaca y Temas Afines” (1892).
[22] “Una última razón para desechar la expresión posesión demoniaca es que el estado de hallarse completa, continua y totalmente poseído o controlado por demonios sería muy, muy raro, si es que existe”. Murphy en “Manual de Guerra Espiritual”, “Un vistazo a los términos bíblicos”.
[23] “Tampoco los incrédulos pueden estar poseídos por demonios, dirigidos por Satanás y sus espíritus malos de modo que no tengan ningún control sobre sí mismos  ni responsabilidad por sus acciones”

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